HISTORIA
Imagínese inmerso en una apasionante aventura que comenzó en 1905, cuando los hermanos Edouard y Maurice Ballot decidieron crear su propia empresa fabricando motores estacionarios para la industria, para luego conquistar los mares motorizando barcos.
A partir de 1910, su empresa, rebautizada como «Etablissements Ballot SA», amplió sus horizontes y comenzó a fabricar motores para automóviles. Gracias a su alta calidad, numerosas marcas de automóviles recurrieron a ellos para abastecerse: Delage, Corre-La-Licorne, Delaugère et Clayette, etc.
Durante la Primera Guerra Mundial, la gran reputación de Ballot se puso en valor. La empresa suministró al ejército francés motores de aviación, motores de camión, generadores y, por supuesto, motores de barco.

Tras el regreso de la paz y la escasez de pedidos al ejército, los hermanos Ballot decidieron expandir su negocio, pasando de los motores a la fabricación de automóviles completos. ¡Y qué mejor manera de hacerse un nombre que a través del automovilismo! Construyeron sus propios coches de Gran Premio, impulsados por un motor de 8 cilindros con cámaras de combustión hemisféricas, 4 válvulas por cilindro y doble árbol de levas en cabeza, con una cilindrada inicial de 4817 cc y, posteriormente, cuando la normativa lo exigió, de 3000 cc. Con 150 CV, las primeras versiones alcanzaban los 200 km/h y demostraron ser coches de Gran Premio notablemente modernos y eficientes.
En 1920, en Indianápolis, los coches Ballot de 3 litros acabaron 2º, 5º y 7º, luego 2º y 3º en el Gran Premio de Francia de 1921 y finalmente consiguieron la victoria en el Gran Premio de Italia en Brescia con Jules Goux al volante mientras que Jean Chassagne ocupó el segundo puesto.
Tras su éxito, finalmente presentaron su primer coche al público en 1922, un 2LT de 10/11 CV, derivado de su modelo de competición 2LS. ¡Este fue uno de los coches más prestigiosos de su época! Refinado, potente y seguro, con frenos mecánicos en las cuatro ruedas, servofrenos, caja de cambios de 4 velocidades, árbol de levas en cabeza y la legendaria fiabilidad de Ballot.
La segunda mitad de la década de 1920 presenció una auténtica explosión de innovaciones en motores de gran cilindrada, y Ballot no fue la excepción. En 1928, presentaron su joya, el 2.6 litros de 15 CV, un potente motor de 8 cilindros en línea. En 1930, la cilindrada aumentó a 3 litros, convirtiendo a esta maravilla de 17 CV, el modelo RH, en una maravilla tecnológica
Pero este modelo llegó en el momento menos oportuno, ya que la crisis bursátil de 1929 privó a Ballot de una clientela que pudiera permitirse este tipo de vehículos. Ante las dificultades financieras, la empresa se vio obligada a aceptar una oferta de adquisición de su prestigioso competidor, Hispano-Suiza. La marca Ballot desapareció inevitablemente.
Los hermanos Ballot hicieron historia con su pasión, audacia y genio mecánico. Su nombre y el de sus vehículos aún resuenan hoy, recordando una época en la que los límites estaban para superarse... ¡una época conocida como los locos años veinte!















